Shinrin-yoku -BAÑOS DE BOSQUE

shinrin-yoku

Shinrin-yoku es un término japonés que literalmente significa baños de bosque; experimentar la atmósfera de un bosque ya sea andando, sentándose y/o observándolo.

Todo empezó hace más de 25 años cuando un grupo de científicos japoneses viajó a la isla de Yakushima, declarada Reserva de la Bioesfera, para determinar si la rica vegetación de la isla podía influenciar el estado de ánimo y la fisiología relacionada con el estrés en los seres humanos (1)

Varios estudios en diferentes partes del mundo corroboran que la exposición a ambientes naturales, en comparación a los urbanos, mejora el estado de ánimo, la concentración y rendimiento mentales, así como cambios positivos en la fisiología humana después de haber estado sometidos a situaciones estresantes o que requerían mucha atención (1,2). Otros estudios también han reportado el efecto terapéutico positivo en la mejora del control de la glucosa en pacientes diabéticos, ya sea de forma directa por la propia actividad física de andar en el bosque, así como por la inhalación de ciertas sustancias químicas naturales emitidas por las plantas (3). Paralelamente, científicos han observado que la deforestación está ligada al aumento de enfermedades infecciosas como la malaria en África, Asia y América latina (2).

El 67% de la superficie nipona son bosques, siendo los baños de bosque una actividad gratuita y muy popular. En Japón se considera esta pequeña visita ociosa como algo similar a la aromaterapia. Además de visitar, recrear y contemplar el paisaje, Shinrin-yoku también implica la inspiración de sustancias volátiles y no volátiles llamadas ‘fitonicidas’. Estas sustancias son principalmente aceites esenciales provenientes de la madera y plantas con innumerables propiedades. El cuerpo humano posee un grupo de células llamadas ‘Natural Killer’ (NK) responsables de segregar sustancias destructoras de tumores y células infectadas por virus. Experimentos in vitro con células NK humanas expuestas a ‘fitonicidas’ revelan un aumento significativo de la producción de dichas sustancias. Se han obtenido datos que justifican un aumento de la producción total de células NK y de las sustancias destructoras que éstas segregan, así como una disminución de adrenalina y noradrenalina (sustancias relacionadas con el estrés) en personas que practican el Shinrin-yoku (4).

 Hasta ahora, varios estudios experimentales habían evidenciado que la exposición a la atmósfera de un bosque podía disminuir los niveles de las hormonas responsables del estrés, la presión arterial y la frecuencia cardiaca induciéndose la relajación; aunque el bajo número de participantes por estudio hacía difícil llevar a cabo generalizaciones (2,5). Un metaanálisis publicado en 2017 se centró en estudiar el posible efecto antihipertensivo del Shinrin-yoku. De los 732 sujetos (18-80 años edad) de los 20 estudios que cumplieron los criterios de inclusión en esta revisión, se desprende que aquellos que estaban expuestos al ambiente de un bosque o bien andando, o estando sentados o contemplando sus paisajes mostraban una presión sistólica y diastólica significativa menor en comparación a aquellos participantes que se habían sometido a las mismas actividades en un entorno urbano. Concretamente donde se percibieron mayores beneficios fueron en la presión sistólica de individuos hipertensos y en los valores de la presión arterial de participantes de mediana edad y mayores en comparación con las mismas franjas de edad que habían estado expuestos al ambiente urbano (5).

La antropología fisiológica es una rama de la ciencia que se centra en estudiar cómo el medioambiente actual genera distintos efectos sobre los seres humanos y cómo esos efectos pueden llegar a modificar la propia fisiología humana. Existe un grupo de científicos que actualmente está estudiando la relación entre la inhalación de ‘fitonicidas’, los iones negativos de la atmósfera y la flora intestinal humana. Se sabe que además de los ‘fitonicidas’, el aire del bosque también contiene dispersados microbios beneficiosos para el ser humano provenientes de las hojas de plantas y árboles y del propio suelo. Además de interactuar microbios y ‘fitonicidas’, se ha podido constatar que los bosques y áreas cercanas a fuentes de agua como cascadas, ríos, etc se encuentra una mayor concentración de iones negativos, generados por la acción del movimiento del agua, en comparación a zonas urbanas. Están demostrados los efectos beneficiosos de los iones negativos del ambiente sobre la inflamación y el estado de ánimo; también existen estudios donde una alta concentración de iones positivos está asociado a una disminución de la población de lactobacilos (componente de flora intestinal) en niños. Esta clara la conexión entre una óptima flora intestinal y el estado de ánimo, comportamiento y funciones cognitivas, así como sistema inmunológico del huésped, entre otras ventajas / beneficios. Aunque la plausible conexión pueda parecer especulativa, continúan estudiándose más profundamente los mecanismos de interrelación, tiempos de exposición y otras variables que puedan explicar con más detalle los beneficios existentes entre ser humano y el Shinrin-yoku (1).

 

 

(1) Craig JM, Logan AC, Prescott SL. Natural environments, nature relatedness and the ecological theater: connecting satellites and sequencing to shinrin-yoku. J Physiol Antropol. 2016;35:1

(2) Karjalainen E, Sarjala T, Raitio H. Promoting human health through forests: overview and major challenges. Environ Health Prev Med. 2010;15:1-8

(3) Ohtsuka Y, Yabunaka N, Takayama S. Shinrin-yoku (forest-air bathing and waking) effectively drecreses glucose levels in diabetic patients. Int J Biometeorol.1998;41:125–127

(4) Li Q. Effect of forest bathing trips on human immune function. Environ Health Prev Med. 2010;15:9-17

(5) Ideno Y, Hayashi K, Abe Y, Ueda K, Iso H, Noda M et al. Blood pressure-lowering effect of Shinrin-yoku (Forest bathing): a systematic review and meta-análysis. BMC Complement Altern Med. 2017;17:409-421