
BIBLIOGRAFIA:
Boldo E et al. Meat intake, cooking methods, doneness preferences and risk of gastric adenocarcinoma in the MCC-Spain study. Nutrients.2022:14-4852. https://doi.org/10.3390/nu14224852
ESP.- Consumo de carne y riesgo de cáncer de estómago
El cáncer de estómago (CE) es el quinto cáncer más común en todo el mundo con un ratio medio de supervivencia de no más de 5 años. En España representa la sexta causa por muerte por cáncer y aunque se cree que la infección crónica por Helicobacter Pylori (HP) es la causa principal, factores genéticos y ambientales también participan. Algunos de estos factores como la edad, sexo o historia familiar de CE no son modificables, pero sí puede modificarse el tabaquismo, el consumo de alcohol, la dieta, el reflujo gastroesofágico o la obesidad. Si nos centramos en los factores dietéticos debe remarcarse que una baja ingesta de fruta, verdura y cereales así como una ingesta elevada de salazones y ahumados, chile, carnes procesadas, carnes a la plancha o barbacoa, consumo de alcohol y la dieta occidental (ultraprocesados) hace disparar el número de casos de CE. Globalmente, el consumo de carne no ha dejado de crecer desde la segunda mitad del siglo XX. Varios estudios han relacionado el CE con el consumo total de carne, consumo de carne roja y consumo de carne procesada; incluso el medio de cocción de la carne puede agravar aún más la situación. El estudio que os propongo hoy se ha llevado a cabo en 23 hospitales de 12 provincias del Estado Español en el período 2008-2013 bajo el paraguas del estudio MCC-Spain; un estudio encargado de averiguar los factores que causan los cánceres de mama, próstata, colorrectal, gástrico y leucemia linfocítica crónica en pacientes entre 20-85 años. A partir de este macroestudio multicéntrico, los autores han querido averiguar el papel que juega la ingesta de carne con la incidencia (aparición de nuevos casos) de CE teniendo en cuenta el tipo de carne, cocción y punto de cocción de la carne. Se reclutaron los participantes (286 con diagnóstico reciente de CE y 2993 controles que no sufrían cáncer) y se les entrenó a recolectar datos de lo que comían a diario con un cuestionario validado de frecuencia de consumo donde además de los alimentos y de las cantidades, también se tuvo en cuenta el método de cocción escogido y el punto de cocción de la carne. Los autores del estudio clasificaron carne blanca como: pollo, pavo, pato, conejo y otras aves de caza; carne roja: cerdo, ternera, cordero, vísceras de cualquiera de estos animales así como hamburguesas o albóndigas de ternera o cerdo y carne procesada: beicon, salchichas, foie-gras, paté, jamón serrano y el resto de fiambres y carnes curadas ; siendo una ración de carne total, roja o blanca de 125g y de carne procesada 50g. De los resultados del estudio se desprende que: el consumo de carne aumenta el riesgo de sufrir CE, sobre todo en varones. El riesgo se dispara aún más si el consumo semanal de carne roja es superior o igual a 225g, el de carne procesada es superior o igual a 215g o que el punto de cocción de la carne tanto roja como blanca sea “pasada”. Los guisos/estofados y las planchas-parrillas-barbacoas son los peores tipos de cocción para la carne roja y la cocción al horno es la peor por la carne blanca. Además, en hombres existe una asociación positiva en cuanto a dosis-respuesta; es decir mayor la ingesta de carne total, carne roja, carne blanca o carne procesada, mayor el riesgo de sufrir CE. Los autores recuerdan que varios estudios han hipotetizado la causa de aumento de la incidencia de CE y consumo de carne. Se cree que el contenido de hierro heme de la carne oxida el ADN de nuestras células y además participa en la formación dentro de nuestro cuerpo de compuestos cancerígenos N-nitrosos. Además, el hierro heme es vital para que la bacteria Helicobacter Pylori pueda crecer; recordemos que esta bacteria es la causa principal de CE. Los autores también recalcan que independientemente del contenido de hierro, en la carne (roja, blanca y procesada) puede haber un exceso de sal y está cargada de grasas saturadas, colesterol, hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas (ambos son grupos de compuestos cancerígenos = mutágenos, que se forman en la preparación y cocción de la carne y procesados de la carne y que podrían desempeñar un papel determinante en la aparición de CE). Por último, los autores recalcan que el 89% de los participantes del estudio, tanto de los casos como de los controles estaban infectados con Helicobacter Pylori. BIBLIOGRAFIA: Boldo E et al. Meat intake, cooking methods, doneness preferences and risk of gastric adenocarcinoma in the MCC-Spain study. Nutrients.2022:14-4852. https://doi.org/10.3390/nu14224852